La Isla

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jueves, 5 de diciembre de 2019

Garzas en Casa de Hitos


El otro día hice las fotos de garzas que hoy acompaño, en un paraje llamado Casa de Hitos, un lugar que siempre ha disfrutado de una extraordinaria presencia de aves y al que había dejado de ir desde que instalaron allí dos centrales termosolares hace algunos años. Pensé entonces que un poco de historia vendría al caso en esta ocasión. El lugar se llamó primero dehesa de la Torre de los Hitos y estaba en el término municipal de Madrigalejo, justo al Este de la actual presa de Sierra Brava. Todavía, junto a las dos centrales mencionadas y cerca del río Ruecas, hay unas instalaciones que reciben la denominación de Casa de Hitos. 



Esta dehesa perteneció a Francisco de Meneses el Santo y su renta,  junto a la que proporcionaba la heredad de Entrambas Pelas, formó parte de la dote que recibió  Teresa de Meneses (fundadora luego del convento de San Benito de Orellana la Vieja) al contraer matrimonio con Rodrigo de Orellana, sexto señor de Orellana la Vieja, en 1485. La propiedad de ambas fincas las heredó, sin embargo, su hermano Hernán Álvarez de Meneses. Rodrigo de Orellana sucedió a su padre Juan de Orellana el Viejo hacia 1491. Caballero principal en Trujillo, de cuyo concejo formó parte como regidor en 1498, había contraído matrimonio con la joven Teresa de Meneses, hija de Francisco de Meneses el Santo, descendiente del segundo señor de Orellana de la Sierra y  del conde de Oropesa. 





Como ganadero, Rodrigo explotaba directamente sus ganados en diferentes fincas de su propiedad, entre ellas las Dehesillas, en Orellana y especialmente en la dehesa de Encina Hermosa, porque los pastos de Cogolludo, la de mayor extensión del mayorazgo, siguiendo la tradición de su familia, los cedía en arriendo al monasterio segoviano de El Paular y esto le obligaba en ocasiones a buscar otros pastos adonde llevar su ganados, lo que le acarreó algún que otro  conflicto con los propietarios del ejido de Navalvillar de Pela, o cuando a partir de 1493 quiso meterse por las bravas en la dehesa de la Torre de los Hitos con la excusa de que no percibía desde hacía años la renta acordada por la dote de su mujer.  






El  incumplimiento en el pago de  esa renta acumulaba cada vez más tensión entre su marido y su hermano,  debiendo intervenir  en varias ocasiones su tío Juan de Meneses, obispo de  Zamora, para garantizar que Teresa percibiera los 14.000 maravedíes de hierba que le correspondía de los 30.000 anuales que su padre le había concedido como parte de su dote.  Durante el último conflicto el obispo tuvo que amenazar con imponer una pena a su propietario de 10.000 doblas de oro si no cumplía lo estipulado, de las que la mitad correspondía a una multa que serviría para financiar la guerra contra los musulmanes, debiendo pagar la otra mitad  a su hermana.




Lo desproporcionado de la pena tal vez resultara efectivo para exigir el cumplimiento del compromiso,  ya que seguramente era la autoridad del obispo el elemento que mantenía equilibrada la difícil situación, pero cuando faltó el prelado, la tensión subió hasta el punto de forzar a Rodrigo a tomar una determinación que le acarrearía graves consecuencias. Un cierto día de noviembre de 1506 Rodrigo decidió intervenir empleando la fuerza, llevando a su gente y amojonando un tramo de la finca para delimitar la parte proporcional a los 14.000 maravedíes de hierba de renta a los que tenía derecho su mujer. Cuando aparecieron los guardas de  Hernán Álvarez  para expulsar los ganados intrusos, las fuerzas de Rodrigo actuaron con extrema dureza enfrentándose armados contra sus oponentes.






Al final, el caso acabó en el Consejo Real, que más tarde  lo puso en manos del corregidor de Trujillo quien resolvería en consecuencia. Desconozco el resultado final de su intervención, pero según ciertas señales, es probable que no solo perdiera Rodrigo la renta que le adeudaba su cuñado, sino que debiera pagar además otras sanciones económicas, como suele ocurrir cuando se le va a uno la mano, en detrimento de terceros, en la defensa de algún derecho.



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