La Isla

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miércoles, 14 de septiembre de 2016

La lucha por la sucesión en el mayorazgo de Orellana de la Sierra [2]


Pedro el Viejo, por su parte, casado con Aldonza Vázquez, presentó lo antes que pudo una denuncia ante la justicia de Trujillo para responder a las diligentes acciones de su contrincante el  regidor de Talavera, en defensa de sus legítimos derechos a la sucesión del mayorazgo. Pese a lo que hubiera dispuesto su hermano Diego el Bueno, muerto el hijo de éste sin sucesión, sobre él recaían los derechos  al mayorazgo de Orellana de la Sierra, conforme a lo que había establecido su fundador  en 1412,  y por lo tanto, desde ningún punto de vista,  iba él a renunciar a su legítimo derecho.  Dio comienzo así el pleito de primera instancia en Trujillo, exponiendo ambas partes sus alegaciones y escrituras en manos de  fray Juan de Trujillo y Francisco de Carvajal que en adelante actuarían  como jueces.

Torres del Alcázar de los Bejarano. Trujillo
Tuvo lugar al comienzo del proceso un incidente que, finalmente, no causó otro efecto que el de mostrar  los métodos a  los que estaba dispuesto a recurrir un  hijo de Pedro el Viejo para inclinar a favor de su padre la balanza de la justicia, amenazando de muerte al procurador de  Francisco de Meneses si no abandonaba  la causa: "y estando el procurador de Francisco de Meneses faciendo su provanza en Truxillo, un fijo del dicho Pedro de Orellana con gente armada lo amenazo de lo matar si alli mas estava y con temor fue impedido facer la provanza ...".  Por los antecedentes que conocemos, es de suponer que el hijo en cuestión fuera Fernando de Orellana, personaje del que más adelante hablaremos.

Las alegaciones formuladas a favor de Francisco de Meneses recibieron importantes apoyos, especialmente por parte de  su hermano Juan de Meneses, obispo de Zamora. Pero su contrincante ya había actuado apropiándose de la casa fuerte de Orellana de la Sierra, porque, tal vez por influencia del prelado de Zamora, los Reyes Católicos emitieran el  11 de noviembre de 1476 una cédula  en la que ordenaban a Pedro de Orellana el Viejo que restituyera al procurador de Talavera las posesiones de la casa de los Orellana de las que se había apropiado y en la que se ponían de manifiesto los argumentos que ya utilizaron los procuradores de Francisco de Meneses, atacando el punto más débil del testamento de García de Orellana: la sorprendente desobediencia de García a su padre al designar  a su tío Pedro como sucesor.


“A vos, Pedro de Orellana, nuestro vasallo, vecino de la cibdad de Trugillo, salud y gracia. Sepades que Francisco de Meneses, nuestro regidor en la villa de Talavera nos fizo relacion que Diego de Orellana, vecino que fue de la dicha cibdad de Trugillo, defunto, su tio, heredero de su padre, al tiempo que fallescio dejó por su legitimo heredero a su hijo Garcia de Orellana y en su testamento dejó al dicho Francisco de Meneses por su heredero sostetuto al dicho Garcia de Orellana, su fijo, para despues de sus dias, en cierta forma y quel dicho Garcia de Orellana teniendo en su vida el dicho testamento por bueno, fue contra su voluntad y dejó por su heredero al dicho Pedro de Orellana, su tio…” ( Cédula de los Reyes Católicos, don Fernando V y doña Isabel I por la que ordenan a Pedro de Orellana que restituya a Francisco de Meneses (El Santo), Regidor de Talavera, la posesión de la casa de Orellana que le quitó. Toro, 11 de noviembre de 1476).

Restos de la casa fuerte de los Bejarano. Orellana de la Sierra
No está claro que hubiera sido Francisco de Meneses nombrado heredero subsidiario explícitamente por el testador, en el caso de morir García de Orellana  sin descendencia,  lo cual hubiera sido en cierta manera lógico, dada la intención del titular por excluir la candidatura de su hermano,  pero lo cierto es que no aparece en su testamento ninguna alusión a ese particular. Lo que sí aparece en dicho documento, visado por el escribano de Trujillo Manuel García,  es que cuando estuvo firmado dicho documento por todos los agentes y testigos, -fue uno de ellos el comendador Gracian de Sese, alcaide y corregidor de  la ciudad de Trujillo-, se presentó ante ellos Diego Cornejo, vecino de Talavera,  en nombre de Francisco de Meneses, solicitando una copia del mismo, lo que le fue concedido y llevado a cabo ese mismo día por el citado escribano.


Percibiendo el apoyo real y el de la justicia, Francisco de Meneses "tomó y aprehendio la posesion de los bienes y herencia del dicho Diego de Orellana por mandamiento de las justicias de la dicha cibdad", dejando en Orellana como alcaide de la Fortaleza a su primo  Luis de Carvajal, misión en la que permaneció hasta que  por medio de engaños Pedro de Orellana logró arrebatársela.  Acudió nuevamente el procurador de Talavera a los jueces para reclamar que le fuera devuelto su dominio, obteniendo de nuevo la devolución de las posesiones usurpadas, siendo advertido el díscolo personaje de que sería declarado en rebeldía si no efectuaba  la devolución antes de 20 días... 

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